Al momento de escribir este artículo, el valor del dólar en Colombia superaba los $ 2.400. En lo que va corrido del año la devaluación supera el 25%, ubicando a nuestra moneda como una de las que más han perdido valor frente al dólar, en compañía de las monedas de Rusia y de Argentina. Estas dos últimas economías fueron célebres por crisis económicas que pusieron a sufrir a sus vecinos en Europa y Suramérica.
La caída en los precios del petróleo ha sido la gran causante de la pérdida de valor del peso en Colombia, pues su enorme dependencia a las divisas que se generan por la venta del crudo genera una presión sobre nuestra balanza cambiaria. Y si bien la caída de los ingresos por los bajos precios del petróleo se ha compensado parcialmente por la fuerte devaluación, analistas estiman que se necesita que el barril del crudo llegue a los USD 70,oo para que la compensación sea total.
Los exportadores están de plácemes, los industriales también y ni hablar de los cafeteros, bananeros y floricultores. En un país donde las falencias en la infraestructura, la enorme carga tributaria y la ineficiencia institucional atentan contra la competitividad, la devaluación se convierte en la mejor medida de política y en la única forma que nuestro empresariado puede competir adecuadamente en los mercados internacionales.
La devaluación también se convierte en un arancel invisible, en una protección no pedida para nuestro aparato productivo, que le permitirá buscar un segundo aire si las importaciones de China, México y Mercosur empiezan a ceder al volverse más costosas.
La percepción del público, equivocada por cierto, es que con esta devaluación se aumentarán los precios de los vehículos, los computadores o los celulares. Colombia al estar abierta a los mercados internacionales también importa alimentos e importa las materias primas que sirven para producir los alimentos.
Ese es el caso del maíz, sorgo, frijol, soya, torta de soya y trigo, que son materias primas fundamentales para la producción de carne de pollo, carne de cerdo, pescado, huevos y pan.
Por ello, no todos los sectores pueden aprovechar de los “gozosos” de una tasa de cambio devaluada. Para el sector avícola que tiene una total dependencia a las importaciones de granos, la depreciación del peso se vuelve una pesadilla que afecta los costos de producción.
Estimaciones de Fenavi muestran que a una TRM de $ 2.400, los costos de producción se incrementan en un 21% y cada $ 100 de devaluación le agrega cinco puntos adicionales a dichos costos. Así las cosas, con mayores costos de producción para el año entrante y la nueva carga tributaria aprobada a pupitrazos, es de esperarse que en aquellos sectores que necesitan de las importaciones para producir para el mercado interno, se presenten ajustes en sus precios de venta al consumidor.
Que no se extrañen las amas de casa cuando vean en la tienda de su barrio o en el supermercado, el kilo de pollo, la docena de huevos, la bolsa de pan, el pescado, las chuletas de cerdo e incluso las arepas más caras. Ellas no entenderán que por cuenta de la devaluación su mercado será más caro en los próximos meses.
El Banco de la República y el DANE tendrán que salir a explicar que en Colombia los alimentos tienen un componente importado que se encarece en función de la tasa de cambio y que mientras no exista una política agropecuaria pensada para la sustitución de las importaciones de granos, será imposible reducir la exposición de los precios de los alimentos a la devaluación.
El Gobierno debe ir pensando hasta dónde quiere dejar llevar la tasa de cambio, pues hasta ahora argumentan que la economía está blindada y que tenemos el crecimiento más alto de la región, cuando lo que vemos es que el crecimiento económico se viene desacelerando. Una devaluación duradera trae más costos que beneficios, genera inflación, desconfianza en la economía y una pérdida en el poder adquisitivo de los colombianos.
Andrés Valencia
Presidente Ejecutivo Fenavi
Fuentes
http://www.fenavi.org/index.php?option=com_content&view=article&id=3127:devaluacion&catid=454:comunicados-de-prensa&Itemid=1348